Mariana Cámpera
05.05.2014 12:42
Ya es viernes. Treinta minutos pasada la medianoche, miro por la ventana, y me alegra que ya no llueva. Debo partir del trabajo a casa. El primer pensamiento fue: ¿quién va a caminar unos 20 minutos hasta el tranvía y encima esperarlo porque ya maneja de acuerdo al horario nocturno? Por otro lado me alegro de que en Zagreb puedo caminar sola por la ciudad a cualquier hora y sin temor alguno.
Pero, como en parte ya estoy “croatisada”, me decido ir en taxi. Los primeros años en Zagreb estaba encantada con el tamaño de la ciudad. A diferencia de Buenos Aires, todo me parecía cerca y en general a todos lados iba caminando. Pero con el tiempo me adapté a las “dimensiones croatas”. Lo que antes me parecía cerca ahora me parece lejos.
Abre los ojos de la espalda
Ni bien entré al taxi, comenzó la charla. Mis interlocutores pronto notan mi “acento” y la conversación siempre va en la misma dirección: ¿de dónde eres y porque terminaste en Croacia? Les interesa la comparación de la calidad de vida. Cuando les digo que en Croacia se vive mejor que en Argentina, quedan confundidos. Pero cuando les digo que uno de los mayores valores de Croacia es la seguridad, de inmediato concuerdan conmigo y admiten que Zagreb es una ciudad segura.
Ni la distancia ni el momento del día - o de la noche - logran cambiar mi sensación de seguridad mientras camino por las calles de Zagreb. Lamentablemente la vida en Buenos Aires me enseñó a andar con “ojos en la espalda” y saber qué ocurre detrás de mí sin siquiera voltear. Esa es una habilidad que uno desarrolla a la perfección viviendo en una ciudad en la que cada ciudadano fue víctima de algún tipo de delito.
Policías y ladrones
Según el informe de las Naciones Unidas del año pasado, Argentina es el país líder de América del Sur por la cantidad de robos. Incluso está por delante de México y Brasil a pesar de que ambos tienen “peor fama”. Los robos en la calle y los asaltos son cotidianos en Argentina. Incluso en algunas partes de la ciudad por las noches no funcionan los semáforos para proteger a los conductores de los robos.
Unos años atrás a una amiga de mi madre la tuvieron durante horas a punto de pistola mientras los ladrones revisaban su casa. Mantuvo la calma y les dijo que se llevaran lo que quisiesen, cosa que hicieron. Cuando los ladrones se fueron llamó a su marido y fueron juntos a la policía a hacer la denuncia. Jamás hubiesen imaginado lo que allí les esperaba: el oficial que debía tomarles la denuncia era la misma persona que la tuvo a punta de pistola. No pudo más que regresar a su casa totalmente frustrada y sin hacer la denuncia.
Una vida tranquila
A diferencia de Argentina donde la inseguridad está en aumento, en Croacia la situación es cada vez mejor. Hace unos días el Ministro de Asuntos Internos Ranko Ostojić entregó al Parlamento el informe sobre la actividad policial en el 2013. En este, entre otras cosas, se destaca que los robos cayeron un 4 % en relación al 2012, mientras que el coeficiente de esclarecimiento de los robos denunciados está por encima del 43%.
El taxista se detuvo frente a mi edificio y dijo: esperaré a que entre a su casa. Le agradecí con una sonrisa y subí por las escaleras sin siquiera observar la situación en la calle. Entro al departamento, la puerta está sin llave y mi perra duerme tan profundamente que ni siquiera se dio cuenta de que llegué a casa. La seguridad es una de las mejores cosas de Croacia. ¡Cuidémosla!